Hay cuatro grandes pecados:
- Apartarse de Dios.
- Apartarse de los demás seres humanos.
- Utilizarlos en el propio beneficio.
- Manipular las fuentes de la vida.
Hay cuatro grandes pecados:
Santa María reina porque dijo si a Dios y pisó la cabeza al mal.
Santa María, coronada de estrellas y con la Luna a sus pies porque Ella ilumina nuestras noches oscuras en la tierra.
Santa María, que se negó siempre a si misma para abrirse a su Creador y en Él ser Madre de la Iglesia.
Santa María, que recibió el poder real de Dios.
Santa María, anunciada al mundo en el comienzo de nuestra historia como modelo de ser humano.
Santa María, llena de majestad a los pies de la cruz de Jesús.
Santa María, te damos las gracias porque trajiste la Luz al mundo al aceptar a Jesús en tu seno. Sin ti la oscuridad llenaría la tierra de tristeza.
Santa María Reina, ruega por nosotros ahora y en la de nuestra muerte. Amén.
La fiesta de hoy, 22 de Agosto, fue instituida por el Papa Pío XII en 1955 para venerar a María como Reina igual que se hace con su Hijo, Cristo Rey, al final del año litúrgico. A Ella le corresponde no sólo por naturaleza sino por mérito el título de Reina Madre.
Hoy celebramos el preludio de una dicha para toda la humanidad que la acepte y es que Dios envió a sus Ángeles a buscar a María cuando su tiempo en la tierra llegó a su final.
María sube al cielo envuelta en Ángeles y de la mano de su Hijo Jesús; pero fiel a su vida de Amor, no nos olvida y en Dios ruega por nosotros dándonos su auxilio.
Bienaventurada Virgen María, porque has creído que lo que el Señor te dijo se cumplirá.
Un corazón cerrado no escucha a Dios. Un corazón cerrado no permite que Él le diga su voluntad porque Dios solo habla en el corazón. Es fácil y difícil escucharlo, fácil porque Dios siempre habla y desea hacerlo; difícil porque nosotros no queremos escucharlo. AMA Y LO OIRÁS SIEMPRE.
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